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domingo, 29 de abril de 2012

Relato nº8 Maeve: Antigona Libera




Perpetuo, lucidez, humeante, resbalar, Antígona
Valeriana, persiana, cansancio, botella, gato
Efímero, apagado, acierto, filtro, candado


Era el agonías. Le encontraras donde le encontraras y en el momento vital por el que estuviera pasando era todo un perpetuo quejarse y lamentarse de la nada que le estuviera ocurriendo en aquel momento, porque él había inventado el sufrimiento y la desdicha y la desgracia. Hay que joderse. 
- Me estoy muriendo de ganas de dejar este trabajo que me agota y de olvidarme de este jefe que se me come vivo y de irme de vacaciones. Me estoy muriendo de ganas de acabar las vacaciones y dejar de escuchar a mi suegra todo el día y de aguantar a los niños con sus gritos y de limpiarme la arena de la playa. 
Era funcionario. 
Su mujer era auxiliar de clínica en un pequeño centro de estética. Tenía el carácter tibio de las mujeres que viven en mundos pequeños y no tienen más horizontes que hacer la comida del día siguiente antes de irse a dormir. 




Se les hizo de noche antes de que se dieran cuenta de que él tenía que recoger a los niños en el colegio, a base de matarse a cabezazos contra las portezuelas del coche, follando como conejos. Cuando agonías llegó por fin a casa las luces estaban apagadas, menos la de la cocina; los niños no dormían en sus camas y el gato no ronroneaba en el sofá del salón. 
- Te he preparado una valeriana, vendrás cansado.
- Se me ha ido el santo al cielo, me olvidé de recoger a los críos, he tenido tanto trabajo, no puedo con mi vida. 
- Bébete la valeriana.
- Este trabajo me está matando, este jefe se cree el dueño de mi vida, así no hay quien viva.
- Bébete la valeriana.
-Tú no sabes lo mal que lo estoy pasando haciendo estos informes. Tú no entiendes el estrés que estoy sufriendo, no te puedes imaginar lo mal que duermo.
-Bébete la valeriana.
Agonías dio un par de tragos de la taza humeante y se continuó quejando de todo, de la nada; siguió  hablando. Su mujer, sentada muy serena en la banqueta ante la mesa de la cocina, asentía mirando a las farolas de la calle a través de la persiana entreabierta, fumándose un cigarrillo tras otro hasta el filtro, sacudiendo con una mano enguantada la ceniza que caía distraída en su regazo.
- Bébete la valeriana, siéntate aquí un momento- le decía.




Agonías sintió el cansancio convertirse en mareo y el mareo convertirse en asfixia y, mientras resbalaba hasta el suelo, aún le dio tiempo a ver sobre la encimera de la cocina la pequeña botella con la etiqueta de bótox, ahora vacía. Y casi tener un momento de lucidez...pero no llegó a tanto. Al fin y al cabo, había estado demasiado ocupado consigo mismo para entender. El ataque fue muy rápido y el estertor de la muerte fue muy corto, y la agonía que hacía sufrir a los demás fue, por una vez y para siempre, efímera. Con los guantes aún puestos, su mujer recogió todas las pruebas, metió su maleta en el coche, cerró el candado de la verja;  enfiló la carretera hacia la costa, donde ya la esperaban sus padres, los niños y el gato, para pasar las navidades, tal y como habían quedado. Tal y como ella había contado a todos sus amigos desde semanas antes, lamentando  que su pobre marido se quedaría en casa para poder trabajar; trabajaba tanto. Tal y como conocían en el colegio, donde no esperaban que  aquel día él recogiera a los niños, tal y como bien sabía su amante esporádica, que le había entretenido hasta tarde. La misma que ahora se sentaba en el coche de su mujer, en el asiento del copiloto. Hacia la playa, hacia la playa, y empezar una nueva vida. 

8 comentarios:

  1. Si,es verdad que matar funcionarios funciona como final feliz...jajajajaaa.Y no te digo cargarse al que se queja...que en las pelis tienen muuucha paciencia con ese que grita y pierde los nervios cuando la cosa se tuerce..a la hoguera,la hoguera,la hoguera (entonese como la del Javier Krae ).
    Que sobrevivan las mujeres se entiende,por que en "los mundos" (como dicen por mi tierra) hacen que aprendan un mucho de supervivencia y un bastante de serena paciencia.
    Son tan distintas de los tios...empezando por lo que les toca vivir y el como,y acabando por que no se les juntan pelusas en el ombligo (encuesta propia,confirmado),que es normal que formen equipo ante el enemigo.
    Lamento mucho la parte de la amante,entretenello una tarde a base de polvos ! jur!...que luego no apena tanto el envenamiento,pues va el tio servido...pero la causa es la causa, a la trinchera!(perdonando el doble sentido).
    Cojonudo el texto,el misterio,los personajes que todos conocemos,el giro dramatico.
    Pero sobre todo gracias por el final feliz; es un alivio y , ademas , nos dejas camino de la playa.Un lujo.
    Un saludo.

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    1. Es lo bueno del microrrelato. Haces lo que te da la gana. Y si es políticamente incorrecto, mejor.

      ¡A la hoguera! :)

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  2. Es fascinante que en unas pocas líneas convoques una vida entera. Me gusta leerte por lo rápido que llevo a mi cabeza o a dónde sea que lo lleve, la escena completa de los personajes. Sé que es mi imaginación la que hace el proceso, pero digo que es fascinante que seas la bala, el dardo, el click y el interruptor. Que en poco bla bla bla yo tenga dentro de mí la vida aburrida de ella, los niños desatendidos y sus posibles futuros, la amante follando en su coche con perfume y ganas y lo que van a cenar en casa de los padres cuando lleguen rozando las nueve. Pues eso. Que gracias.

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    1. Sabes, eso de que sea tu imaginación la que hace el proceso...es que se trata de eso. ¡Se trata de eso! ¡Yo no tengo que hacer nada!
      Y si he conseguido eso...
      Pues eso :)

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  3. Claro, sé que se trata de eso, pero eso sólo funciona con las herramientas precisas colocadas en el perfecto momento de manera milagrosa. Casi ná.

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  4. Que truculento...
    La infidelidad, esa palabra....
    Y que duras sois las mujeres a veces. La venganza se toma fría y premeditada, si.

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    1. ¿Crees que ha muerto por infiel?
      Uhm...
      La venganza es un plato que se aprende a saborear -y a planear- con lo años.
      Las mujeres (pero esto tú ya lo sabes) somos de piedra. A veces :)

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