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miércoles, 25 de enero de 2012

Relato nº7 Maeve: Nadie quiere relatos a la carta porque leer es sentir

Palabras: Relatos, a la carta, vida, fácil, factible
Tema: Nadie quiere relatos a la carta




¿ Nadie quiere relatos a la carta porque leer es pensar? 
Ayer leí en alguna parte que el ensayo ha sufrido un auge repentino y está desbancando a la novela. Hasta cuando leemos, preferimos que otros piensen por nosotros. Preferimos la vida fácil. Y no lo digo desde una posición de superioridad, yo también he dejado, poco a poco, de leer narrativa. Releo a mis viejos autores preferidos, traduzco canciones, leo con avidez a amigos. Poco más.

Leo a Billy MacGregor hacerle el amor a las palabras, hasta que se corren criselefantinamente y, mientras, los demás miramos todo ese sexo de sentimientos y de poesía. ¿ Quién querría su propio relato a la carta? Ya puestos, ¿ quién querría escribir? 



Esta mañana me he levantado con la espalda rígida como una tabla y, apenas hace tres días, la protagonista de mi relato apenas podía mover el cuello. Los pájaros cantan y las nubes se levantan. A fuerza de enlazar las palabras que llegan a este blog, Nebroa y yo hemos acabado enlazando una misma línea temporal, virtual e infinita, en la que vivimos casi sin hablarnos más que para concretar de que manera el destino, que tiene sentido del humor de niño, nos recuerda continuamente que la una está en la vida de la otra. Dos seres humanos raros que apenas se han visto las caras y jamás han escuchado el sonido de su voz. Pero que escriben juntas. O precisamente eso lo hace factible.

Pato, la guitarra, ha encontrado un nuevo lugar en el mundo y se balancea desde lo alto, de vez en cuando, con deje indolente, tan sólo para recordarme todo el tiempo que estuvo y no fue. Las guitarras pueden hacer si quieren cosas así. El portátil, que sólo uso para escribir narrativa, ha perdido hace tiempo toda la carga de su batería y me mira comprensivo desde su esquina. Los portátiles saben esperar cuando es necesario y saben imponer su presencia cuando lo quieren así. Hay una antología a punto de ser publicada que espera paciente mi relato, porque esas son las cosas que hacemos, los seres humanos, con nuestros sueños, cuando los tenemos al alcance de la mano.  Las palabras, las que no llegan, las que llegan, las que se pronuncian y las que no escuchará el mundo jamás su sonido, tienen la capacidad de convertirse en objetos que se cruzan continuamente en nuestro camino, una goma del pelo elástica de color púrpura que se empeña en caerse de de la estantería del baño, una y otra vez; la bicicleta reciclada, apoyada en la barandilla de la acera y que usan todos los miembros de una misma familia, la  más progre de Pequeño Barrio Obrero; el pelador de patatas que desaparece y sólo aparece cuando compro uno nuevo, y ya tengo tres; tus increíbles ojos verdes y no es tan sólo una palabra. Son tan verdes que aún no los puedo creer. Todas esas palabras viven en alguna parte, encerradas en una caja de madera. Con un gato. Que puede o no estar vivo o muerto ( el gato),  porque hasta que no abras la caja hay discusión sobre si existe. El gato. Y las palabras. La caja de madera la abres tú, si quieres. Yo tan solo la meneo para escuchar maullar al bicho.




¿Nadie quiere relatos a la carta porque leer es sentir? 

2 comentarios:

  1. Qué puerquecica eres.
    No sé qué parte me ha llegado más. Si Billy follando letras, si el destino que no nos ha escuchado hablar juntas o todas esas cosas físicas que se mueven dentro de la caja esperando saber qué línea ocuparán en el texto corto-largo que está deseando parirse.
    Pues eso, eres muy puerquecica.

    Sabes? nunca sé qué es un relato, qué es un mino, un corto, un cuento o unas letras que acaban en fin. O en puntos suspensivos. No lo sé. Y ese es uno de los frenos. Como lo oyes. Escribir un relato a la carta. Quién lo leería si no es el que lo pidió? Y así me invento que un libro, una encuadernación o una libreta de cuadros no puede crearse para que la lea un solo individuo. Bueno, es lo que pienso yo, entre otros millones de cosas, cuando sólo meneo la caja a ver qué dice el gato esta vez. Mover. Abrir? nanai. Abril sí! Y cerraaaaaaalllll!!! :p

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  2. Me llaman la puerquecicaaaaaaaa.

    Menea al gatico :)

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